LAS CARTAS DEL GENERAL
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LAS CARTAS DEL GENERAL
(Atributos a la Alcaldía 2007)
Charlando el otro día con una
amiga por teléfono, le contaba entre otras cosas, que en mi pueblo, Granátula,
después de veinte años con una alcaldía de PP por fin habíamos logrado cambiar
y había entrado el PSOE.
–Vaya,
eso es fenomenal, ¿habrá sido apoteósico?–, me dijo esta.
–Pues ya te puedes imaginar la
alegría y la euforia en todo el pueblo, igual que si nos hubiese tocado la
lotería –le dije–. Tremendo, ha sido tremendo… Sí, bueno, parecido. Después de
veinte años con la misma alcaldía, otros diez años antes de lo mismo, y otros
cuarenta anteriores de franquismo, ya te puedes imaginar. Era ya mucho más de
lo mismo, muchos ismo juntos y mucho repetitísmo, ¿entiendes? Estaban ya un
poco vistos y estábamos ya muy remiraos. Era mucha la falta acumulada y mucha
la necesidad contenida, como un orgasmo, ya te digo… Bueno parecido.
Me dijo que no sería para tanto,
y que más favoritismo y caciquismo hubo en la guerra y en
En eso estoy contigo, le dije,
pero que de aquello hacía ya setenta años, y estaba olvidao, pero que aquí no
había cambiado tanto o nada, que seguíamos igual, los mismo con las mismas. Y
que eso no tenía que estar permitido en ninguna parte, por salubridad y por
higiene más que todo. Sí, por salubridad de las personas, y por higiene de los
inmuebles e instalaciones, o viceversa. Por higiene mental de las personas, y
por salubridad de las instituciones y de los estamentos públicos, que el orden
de las elecciones no altera las conclusiones ni el resultado general y unánime
de las urnas. Y esta vez había ganado el PSOE.
–Sí, más o menos, ya te digo…
Bueno parecido, tremendo, una locura… Sí, general, general, por mayoría
absoluta. Aquí votó ese día hasta la agüela, que estaba en cama la pobre.
–No, no es que botase,
entiéndeme, la agüela ya no está para esos trotes. –No se entera–. Anda, la
llevamos, pero despacito, a su ritmo… Eso ya es para los jóvenes; digo, que
también fue ella con su papeleta ese día a participar como cualquier ciudadano.
Decía que ya estaba bien, que a ver cuándo iban a gobernar los suyos, que no
podían ser siempre los mismos, que nos estaban engañando. Que qué vergüenza, ya
sabes tú cuando se pone la agüela fantástica. Que ya tenía ganas de que esto
cambiase, que nunca había estado el pueblo como estaba ahora. Que en su
juventud había más marcha y otra cosa. Y tenía razón, ella no entiende pero se
da cuenta, todavía se acuerda...
–Sí, ha sido general, ya te digo,
apoteósico, tremendo, dicen que hasta el caballo del Espartero que está a la
entrada del pueblo, se le oía relinchar en fa mayor, por todo lo alto… No, no
sabemos, nadie se explica como.
–No, el General no ha tenido que
ver nada en esto, se lo debemos todo a la juventud
–No, el General no ha hecho nada.
Está ahí, pero como si no estuviera… Si, más o menos que
–Aunque no te vayas a pensar, –le
decía yo a esta amiga–, que últimamente ha recuperado mucha movilidad y mucho
conocimiento; te puedes esperar cualquier cosa… Sí, claro, no se puede ser
siempre de bronce y encima del caballo, en eso estoy contigo… Sí, de un tiempo
a esta parte al menos se reconoce y se sabe que es de Granátula, que no es
poco, y eso ya es una victoria. Y si no que se lo pregunten a él, que ya ganó
esa batalla en Ramales, un pueblecito de Santander… ¿No lo sabías?, por eso le
hicieron Duque de la Victoria… Sí, dice que ya se acuerda, pero que tiene que
seguir haciendo prácticas y ejercitando la memoria.
–Cómo que si habla, ya lo creo, y
ha dicho que como vuelva a suceder otra vez esto, va a tener que tomar cartas
en el asunto. Y, que ya está bien, que si nos hemos fijado en los pueblos de
alrededor, que a ver cuándo vamos a empezar a hacer las cosas en condiciones en
este pueblo, y a dejar las índoles para otros momentos más apropiados, que así
nos va... No, no ha dicho nada más, no sabemos que habrá querido decir con eso.
Pero por lo que se ve, ya le han tenido que tocar la cola al caballo. ¡Menudos
atributos tenía el Espartero!... Sí, bueno, la caballería también. Da lo mismo,
el caso es que era de Granátula… Eso lo sabe ya todo el mundo… Sí, yo también,
y la agüela también es de Granátula, y los chavales estos también prometen… No
sé qué dices… Sí, bueno, el Santo Cristo también conlleva lo suyo. Venga el
pingorreo. Venga el pingorreo, y ¡Viva los cojones del Santo Cristo!, y ¡Viva!,
y venga el pingorreo. En una ocasión quisieron cambiarle las tradiciones o los
atributos, pero no hubo…, ellos a lo suyo. Venga el pingorreo párriba, venga el
pingorreo pábajo, y ¡Viva el Pingorreo del Santo Cristo! Es una tradición como
otra cualquiera... Sí, también es de Granátula… Se oye muy mal, se va
No se entera de nada esta chica,
me decía que no se lo podía creer. Yo le he dicho que tampoco, que estas cosas
suelen ser atributivas y adicionales…, adicionales y atributivas. Una jodienda
a fin de cuentas para todos y sobre todo para los que de una forma u otra
sufren las consecuencias.
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/ 7 /07 EL GENERAL