Salve, María reina piadosa, madre amorosa, vida y dulzor. En Zuqueca nuestra esperanza logra y alcanza consolación. Siempre tu pueblo Joya de Oreto con fe y respeto recurrió a vos. Los hijos de Eva claman ahora a Vos señora con gran fervor. Desde este valle de pesadumbres miran las cumbres de tu mansión. Su ruego pío jamás fue en vano pues por tu mano llegó hasta Dios. A ti suspiran en triste llanto alzan su canto y dulce voz. Fiel abogada, este es mi ruego escucha luego sin dilación. Siempre tu pueblo Joya de Oreto con fe y respeto recurrió a vos No más retardes, ya sin enojos vuelve tu ojos madre de amor. Mientras que vivan en este suelo vuestro consuelo no niegues, no. Su ruego pío jamás fue en vano pues por tu mano llegó hasta Dios. Y en nuestra muerte muéstranos clara la bella cara del Salvador Oh clementísima dulce y piadosa oye graciosa nuestra oración. Siempre tu pueblo Joya de Oreto con fe y respeto recurrió aVos. Y por nosotros ruega señora, oh santa aurora del sumo Sol. Para que dignos vuestros devotos logren los votos del Redentor. Su ruego pío Jamás fue en vano pues por tu mano llegó hasta Dios. |
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